Sí, la gente cambia, una vez leí “la gente tiene la mala costumbre de cambiar” (dicho como un sarcasmo). No somos estáticos, como nada en este mundo. Tenemos diferentes estados de ánimo, aprendemos, desaprendemos, dejamos atrás creencias e incorporamos nuevas rutinas a nuestras vidas. A veces hasta damos lo que pensamos que son pasos adelante en nuestra vida y luego echamos nuevamente atrás.
La gente cambia y también se molesta cuando otros cambian, me pregunto por qué. ¿Por qué se molestan unos cuando cambian los otros? Porque los cambios de los otros nos obligan a cambiar a nosotros también, perdemos el control y tenemos que aprender nuevas dinámicas en las relaciones.
¿Qué hacer entonces? ¿Quedarnos estáticos? Si estamos acostumbrados a dejarnos de lado para complacer a los otros, seguro nos forzaremos a volver a viejos patrones de comportamiento. Pero tarde o temprano nos sentiremos infelices y nos culparemos por haberlo hecho. Sin embargo, si ese cambio implica que estamos pensando en nosotros y en nuestro bienestar, seguiremos adelante nuestro camino. A pesar de la molestia, los comentarios incómodos, “los ataques” y provocaciones para hacernos retroceder a ese lugar en el que ellos nos quieren.
Si decides cambiar ¿Qué hacer entonces cuando te digan: “!Cómo has cambiado!”, “Y no eres el mismo”, “Cómo extraño tu forma de ser de antes”?. Me refiero a cuando te lo digan en tono de que lo lamentan. Te propongo:
- Si tu nuevo yo te da paz y armonía, te hace vivir mejor, siéntete feliz y orgulloso por ese logro.
- No estás obligado a complacer a nadie y menos si no te acepta como eres y los cambios que haces para mejorar.
- Sigue adelante.
Te debes lealtad a ti y eres el responsable de tu paz interior. Que elijas dejar atrás juegos insanos con los demás dice que te amas y los amas a ellos también, aunque ellos no se den cuenta. Decide ser feliz.
